lunes, 20 de junio de 2011

El pueblo

¿Por qué nos gusta nuestro pueblo? Si es feo y no hay nada interesante. Pero lo echo de menos. En realidad lo echo de menos por partes. Por ejemplo:
Echo de menos mi casa. Eso lo que más. Llegar y que todo huela a limpio. Sin pelos por el suelo. Con comida. Sin cucarachas y sin polvo. Y una cama grande. Y una habitación para mí sola (no pretendo ofenderte, Fany XD, tú me entiendes...). Y a mis padres y mi hermana.
Echo de menos el parque del rodeo. Porque pasamos unas noches largas pero cortas allí. Siempre hablando de lo mismo, quizás, pero nunca aburriéndonos de ello, o casi nunca.
Echo de menos Traviata. Porque es el mejor bar de mi pueblo, pero también supera a los de aquí de Sevilla. Y además nunca sabes a quien te encontrarás allí. Si a un yonki, a un cani, a un hijo de puta, a algún amigo o a tu profesor de culturales.
Echo de menos, incluso, mi calle. Y la calle San Francisco.
Incluso el botellón. Porque allí, pues hemos pasado viernes inolvidables y grandes momentos que queremos borrar pero en realidad no...
¡Dino! que he ido pocas veces, pero intensas.
Ambigú. Hace mucho que no vamos a ganar a Emilio a un futbolin.
Y hablando de aquello. Incluso se echa de menos a la gente de allí. Que no meten un illo en medio de cualquier frase.
La verdad es que se echan de menos tierras extremeñas, y su clima.
Y echamos de menos el verano, que pronto va a llegar y vamos a morir. La piscina...
¡Y cagarla! como dice María...va a ser un verano cargadito.

QUÉ GANAS DE IRME DE AQUÍ


Y tú, compañera...¿quieres irte o quedarte en este infierno al que algunos llaman piso?





No hay comentarios:

Publicar un comentario